3 de Junio 2004

“Dengan hormat” (con respeto)

Rebelde sin causa

Se conocieron en la Conferencia de Bandung.

Ya finalizaba la estación de las lluvias en la que las tormentas y la brisa proveniente del mar, que rodea la estrecha Isla de Java, refrescan el entorno.

En la tarde del Nyepí, sus cuerpos contrastaron el silencio de sus calles y fueron el arrebato de la última tempestad del invierno. De poco valieron las antorchas de la noche anterior para alejar los diablos de la isla.

Con la misma torpeza en que los antepasados del hombre de Pekín del Norte caminaron por aquella cadena volcánica, él había llegado allí a mediados del cincuenta para encarnar la presencia occidental en un parlamento que censuraría al colonialismo. Pobre él. Pobres ellos.

Y así, en la tarde de Bali, no obedecieron las declaraciones políticas y el rito de la noche anterior para expulsar la maldad del archipiélago: en la única habitación de la pequeña casa rodeada de magnolias, robles y castaños, el frenesí de la piel humedecida de ambos llevaba el ritmo de los latidos, y el roce enfurecido y acompasado de sus cuerpos había mutado el inicial gesto permisivo de la hermosa Kediri en una súplica encolerizada de mayores inclemencias (dengan hormat).

En ese año rebelde, había comenzado la inestable coexistencia. Sin causa aparente. Y varios meses después, cuando la mirada extraviada de Juan se abriera al mundo, sus ojos negros y achinados habrían de evocar aquel temporal de la tarde malaya.

Escrito por Timon a las 3 de Junio 2004 a las 06:43 AM
Comentarios

En un día como hoy en el que mi cabeza sólo da vueltas y más vueltas, y las palabras se atascan en mi garganta produciendo simples sonidos guturales, sólo puedo decir que me ha encantado...como siempre ;pp Besos!

Escrito por Lyzzie a las 3 de Junio 2004 a las 06:27 PM

Confieso que entro aquí un par de veces al día a ver si hay algo nuevo, estoy enganchada a tus relatos. A veces haces que se me ponga la piel de gallina y otras que se me quede un nudo en la garganta, pero detro de la velocidad en la que vivo me encanta poder leer cosas en las que no puedo decidir el ritmo de lectura, ni puedo terminarlas a mi antojo.
(Uy, ahora creo que el nudo no baja)
besos

Escrito por bea a las 3 de Junio 2004 a las 08:57 PM

Lyzzie, mi cabeza también da vueltas y vueltas aunque por por suerte (o lamentablemente) siempre termina en el mismo lugar. Sobre los sonidos guturales hay un excelente artículo de Manuel Vicent que, si lo encuentro, te lo envío.
Bea: eso mismo que describes es lo que me pasa con tu blog. La diferencia es que el nudo se me hace entre la naríz, la garganta y se me expande hasta los ojos.
A ambas un beso (o mejor dos).

Escrito por Timon a las 4 de Junio 2004 a las 05:00 PM

Jo, yo había comentado, había comentado y había comentadoooo!!! Si se me van a boicotear los comments exijo que se me informe de ello!!! :'(

Escrito por Turandot a las 4 de Junio 2004 a las 10:29 PM

Turan, ¿estás segura de que fue aquí?
Acostumbro a boicotear. En mi vida el sabotaje es mi especialidad (de tanto practicarlo conmigo, me he convertido en un experto), pero éste, lo juro por Mercurio, no lo tengo registrado.
Vamos, comenta nuevamente (estoy ansioso por borrarlo).
Un saludo, genia.

Escrito por Timón a las 5 de Junio 2004 a las 01:22 AM

Después de varios días de ausencia veo que reapareces con fuerza "volcánica". Hermoso relato en el que entremezclas conceptos geopolíticos como el de "zonas calientes", "Coesxistencia".. con otro tipo de batallas, sin duda también calientes... Amor y guerra, amores en la habitación mientras el mundo está convulso a tu alrededor....
Por fin llega el monzón y refresca...;-)

Escrito por odyseo a las 5 de Junio 2004 a las 05:05 PM

Jo, es que me había quedado bien y ahora ya no me acuerdo xDD
Decía algo así como que me gustaba la combinación históricoclimatologicasentimental... y si lo dije no mentía, creeme.
pd: si lo vuelves a borrar me daré cuenta, y me he quedado con tu cara xDD
Un besote!

Escrito por Turandot a las 6 de Junio 2004 a las 06:01 PM

El amor y la guerra. "Ojalá que te enamores" reza la maldición gitana. Del amor a la guerra puedes ir de a pié, y si el clima ayuda, llegar más rápido ;-)
Turan, la próxima vez lo voy a hacer con mayor disimulo. Já! Lindísimo comentario (el otro).

Escrito por Timón a las 7 de Junio 2004 a las 01:42 AM
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